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Los animales amenazados por el conflicto
Colombia es el segundo país más biodiverso en el mundo: tiene el mayor número de especies de aves del planeta, 1.889; cuenta con 324 ecosistemas y, como si fuera poco, alberga 3.625 especies que no se encuentran en ningún otro lugar. La presencia de los actores armados es una de las mayores amenazas a este patrimonio natural. Acá los animales más afectados por su accionar.
Tortuga charapa (Podocnemis expansa): habita la Amazonía y el Orinoco. Esta especie, que tiene el título de ser la tortuga de agua dulce más grande en América (puede medir hasta 89 centímetros y pesar hasta 50 kilogramos), está afectada directamente por la minería de oro de aluvión por dos razones: la contaminación de las aguas que habita con tóxicos como el mercurio (utilizado para separar el oro del resto de materiales que lo envuelven); y por la alteración de las playas en las que anidan, que en los procesos de extracción son sometidas a dragados y a la remoción de su material. Estos animales son muy importantes en la cosmovisión de los indígenas: representan para ellos el origen de la vida y de la naturaleza; son además fundamentales para su seguridad alimentaria.
Jaguar (Panthera onca): se encuentra desde el Magdalena Medio, hasta el Chocó, la Amazonía y la Orinoquía. En zonas de bosques húmedos tropicales, en bosques de tierras bajas, en zonas cálidas propicias para el cultivo de coca. Precisamente ésta es su principal amenaza: los cultivos ilícitos y la deforestación y la degradación de los suelos que éstos acarrean. Este animal es el depredador tope de la cadena alimenticia y requiere grandes extensiones para moverse. La degradación de su hábitat los ha empezado a aislar en segmentos reducidos de bosque y al salir de allí, en busca de alimentación, entran en conflicto con los campesinos que los ven como una amenaza para sus cultivos y ganado.
Caimán aguja (Crocodylus acutus): se encuentra en los valles de los ríos Magdalena, Atrato, Sinú, San Jorge, Cauca y en humedales de la costa Caribe y Pacífica. Una de las amenazas que lo han llevado a ser declarada una especie en estado vulnerable en Colombia, es la contaminación de las aguas por derrames de petróleo y por la extracción minera informal. Las poblaciones más importantes de este Caimán están en la zona del Catatumbo, uno de los principales blancos de los atentados terroristas a la infraestructura petrolera. Además, es víctima de caza por parte de grupos armados.
Danta (Tapirus sp): al igual que el jaguar, requiere grandes extensiones para su desplazamiento. Habita las zonas bajas de la Amazonía, la Orinoquía, el Magdalena Medio, el Caribe, y el Pacífico. La deforestación, la fragmentación de su hábitat y la degradación de los suelos por cultivos ilícitos y minería, principalmente, están aislando a este animal, que es además víctima de caza por parte de los mineros. La mayoría de dantas que aún superviven en el país, están en Parques Nacionales.
Delfín rosado (Inia geofrensis): se encuentra en el río Amazonas y en la cuenca del Orinoco, dos focos de la minería ilegal de oro que está contaminando los ríos con mercurio. El delfín rosado está expuesto no sólo al contacto directo con éste tóxico, sino también a través del pescado que consume. La erosión del suelo y la sedimentación, que resultan de la minería, están contaminando las aguas que habita y está poniendo en peligro a la especie de delfín de río más grande.
Paujil: esta especie de ave, incapaz de volar largas distancias, es una víctima directa de la deforestación. Vive en bosques de niebla y en zonas templadas. Existen tres tipos de paujil especialmente afectados por este fenómeno: el copete de piedra (Pauxi pauxi), que se encuentra en el Magdalena Medio; el pavón chocoano (Crax rubra) y el paujil pico azul (Crax alberti), especie endémica de Colombia. Se estima que éste último ha perdido cerca del 88 por ciento de su hábitat original por la ganadería, por la construcción de vías y por cultivos ilícitos.
Mono araña o Choibo (Ateles hybridus): la deforestación tiene en un alto peligro a este primate que ha perdido el 98 por ciento de su hábitat. Se encuentra principalmente en las zonas del Magdalena Medio, donde los cultivos de coca y de palma de aceite han degradado y fragmentado gravemente la cobertura boscosa, aislando a estos monos en pequeñas islas y dejándolos expuestos a especies invasoras. Su seguridad alimentaria, que está basada principalmente en frutos, está también en peligro por la deforestación.
Churuco (Lagothrix lugens): este primate, al parecer único en Colombia, es considerado una especie en peligro crítico de extinción cuya población, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, sufrirá un declive del 80% en los próximos 45 años. Sus mayores amenazas son la caza y la fragmentación de su hábitat, esta última ocasionada por las plantaciones de coca y por la defoliación de los bosques que causa fumigar estos cultivos. Es común verlo en cuatro Parques Nacionales Naturales que históricamente han tenido presencia de actores armados: La Macarena, Tinigua, la Cordillera de los Picachos y la Cueva de los Guácharos.
Tortuga charapa
Jaguar
Caimán aguja
Danta
Delfín rosado
Paujil
Mono araña
Churuco
Editor: José Ángel Báez
Equipo periodístico: Laura Campos Encinales, Carolina Gutiérrez, María Fernanda Lizcano. Edición y montaje web: César Alberto Moreno Vargas
Videos: Alex Guerrero, Andrés Barajas, Pablo Monsalve.
Agradecimientos: Juan Millán, Instituto Humboldt, Parques Naturales Nacionales, Brigada Especial contra el Narcotráfico, Corantioquia, Corponor.